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INFIDELIDAD Parte 4 - El nacimiento del amor romántico y la infidelidad

Actualizado: 20 jun 2022

Exploremos el nacimiento del amor romántico desde una perspectiva histórica y los dilemas que han surgido en los últimos 150 años. Relaciones amorosas en el siglo XXI occidental - ¿Qué ha cambiado en el último siglo? En todos los países del mundo se sabe que existe el amor romántico, pero en la mayoría de las culturas y a lo largo de la historia, no es una emoción que se celebrara especialmente en conjunción con el matrimonio. En la antigua India, el enamoramiento se consideraba peligroso, antisocial y un desafío para la familia. En la antigua China, la palabra tradicional para el amor, significaba una "enfermedad, una relación socialmente desaprobada". En la tradición europea, la mayoría de nuestras convenciones sobre el amor romántico son heredadas de los originadores del amor cortesano en el sur de Francia y su idea del amor era algo que no podía existir dentro del matrimonio....


Definición de infidelidad
Daniela Zambrana Coaching de pareja

Hasta el siglo XVIII la palabra "Amor" se usaba mucho más a menudo para los vecinos, para sentimientos “profundos” (por ejemplo, para llorar por el dolor de una persona fallecida) y para Dios; por último, se usaba para los cónyuges. No fue hasta finales del siglo XVIII que lo que ahora pensamos sobre la esencia del amor en el matrimonio se hizo respetable.


La razón por la que la gente históricamente sospechaba tanto del amor es porque el matrimonio durante miles de años no tenía nada que ver con la relación individual entre un hombre y una mujer. El matrimonio se inventó para conseguir una “familia política”. Era una forma de convertir a los extraños en parientes. De hacer las paces, por eso la palabra "esposa" en muchos idiomas significa "tejedora de paz". A medida que las sociedades se estratificaron, el matrimonio se convirtió en una forma de conectarse con otras familias, se convirtió en un centro de maniobras, control y cohesión y traición durante miles de años.


La clase alta usaba el matrimonio para sellar alianzas militares, para diseñar tratados de paz, para consolidar su riqueza y para aumentar su reclamo de poder social. Para las clases medias eran alianzas de negocios, y una forma de conectarse y ampliar el bienestar social, e incluso para las clases bajas era una forma de expandir las familias.


Durante miles de años el matrimonio fue demasiado importante como para dejarlo a elección individual y especialmente basado en algo tan irracional como el sentimiento de amor.


La gente se casaba por aumentar propiedades, por el estatus o por la descendencia legítima. No se casaban por algo tan fugaz como los deseos de lujuria, la pasión sexual o incluso el amor. Los hombres tenían un cónyuge reconocido por la ley y aparte tenían amantes. El adulterio era el espacio para el amor. El matrimonio era demasiado mercantilizado e institucional para buscar el amor en él, así que saliamos a buscarlo afuera. Hasta el siglo XVIII, a los hijos ilegítimos se les llamaba a menudo "niños del amor".


No fue hasta finales del siglo XVIII que surgió esta nueva idea radical. En parte por la idea de que la generación más antigua y el estado no deberían imponer a la generación más joven; Y, por otra parte, por las ideas individualistas de la época de la revolución francesa y américana, con la declaración de independencia y su afirmación de que las personas tienen derecho a la búsqueda de la felicidad. Ese nuevo ideal fue traspasado también para las relaciones personales y en buscar la felicidad en el matrimonio en base al amor.


Así que durante siglos, el sexo dentro del matrimonio era el sexo procreativo y el sexo recreativo se tenía fuera del matrimonio. Pero ahora, en el siglo XXI, que hemos traído el amor al matrimonio, el adulterio lo destruye.


El matrimonio era una parte de la economía de producción: se hacían niños y se creaban bienes. Hoy en día, en este arreglo romántico llamado "matrimonio", hemos reemplazado la seguridad financiera a través de la confianza, la intimidad y el afecto.

Hoy en día el estigma, la deshonra, también ha cambiado: antes era el divorcio y hoy en día es la infidelidad.


Esto nos lleva a preguntarnos: ¿Todavía necesitamos casarnos? El matrimonio solía ser una empresa económica, donde la infidelidad era una amenaza económica. Ahora el matrimonio es un arreglo romántico y la infidelidad es una amenaza romántica.


Entonces, ¿qué es la infidelidad hoy en día?

Incluso ahora en la actualidad, la infidelidad no está claramente definida. En el pasado si lo estaba: Los hombres eran traicionados cuando había una prueba (un niño) de que se había producido un adulterio y las mujeres eran traicionadas cuando él era atrapado in situ.


¿Qué es la infidelidad hoy en día? ¿Es un enganche? ¿Una historia de amor? ¿Sexo pagado? ¿Es sexting? ¿Es un masaje con final feliz? ¿Es ver porno? ¿Es reconectar con el/la Ex por Facebook? ¿Es seguir chequeando la App para citas mientras estás cenando con tu pareja? O, como dice la psicoterapeuta Esther Perel, es algo tan simple como estar casado con tu móvil en lugar de con tu pareja?


Las normas están cambiando casi a igual velocidad que el desarrollo tecnológico... Entonces, ¿dónde trazamos la línea? Ésta es la gran pregunta sobre los límites hoy en día.

Y sobre el lenguaje: fíjense en las palabras que usamos para describir el acto de infidelidad: engañar, traicionar, violar la confianza, ser infiel, ser adúltero, etc. No hay un lenguaje moral neutral para hablar de ello.


Al no ser conscientes de nuestros límites y nuestra propia definición de traición y de comunicarsela a nuestra pareja al principio de la relacción, damos lugar a que nos vuelvan a herir muy tempranamente.

En el pasado las reglas estaban claras, no hacía falta definirlas entre nosotros y con cada pareja; hoy en día necesitamos redefinirlo para con nosotros mismos y dentro de la relación porque mi pareja probablemente tenga otra definición de ello.


La pareja debe definir la definición de infidelidad para consigo mismo y con el otro en un "contrato sexual" firmado: Compartir con la pareja las miles de formas en que pueden sentirse traicionados. Esto incluye también el nivel de honestidad que exigen a su pareja, es decir, qué quieren saber y qué no. Y por último, pero no por ello menos importante, cómo acuerdan proceder en caso de que se hayan transgredido las normas comunes.


Preguntas para la reflexión:

  • ¿Tienes un "contrato sexual" con tu pareja? ¿Lo redefinis regularmente? ¿Qué tanto es flexible?

  • ¿Qué representa para ti la infidelidad? ¿Cuáles son tus límites? ¿Conoces los de tu pareja?

  • ¿Has definido tu punto de vista con tu pareja? ¿O has esperado a hacerlo cuando ya había riesgo de engaño? ¿Qué miedos te han impedido hablar antes de ello?

  • ¿Has reprimido alguno de tus deseos/libertades por miedo a que tu pareja no esté de acuerdo?

  • ¿Dónde empezaste a ser infiel a ti mismo?


Qué te espera en la próxima entrega?

¿Por qué engañamos? Veremos que existen todo tipo de razones por las cuales las personas cometen adulterio. Abordaremos los distintos motivos del porqué lo hacemos y por qué el modelo actual de infidelidad es un modelo de carencia.


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Fuentes / lecturas recomendadas:

  • “El Matrimonio, su historia: Cómo el amor conquistó el matrimonio” - Stephanie Coontz

  • “El dilema de la pareja: Una nueva mirada acerca del amor y las relaciones” – Esther Perel

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