El desarrollo de las heridas y traumas de la infancia son la llave maestra en la selección de pareja. En esta etapa, es importante definir el trauma. Trauma es, desde el enfoque de la psicoterapia corporal, como toda experiencia en la que no fuimos capaces de gestionar el flujo de energía, los sentimientos que surgen. Experimentamos miedo, peligro, reprimimos los sentimientos y por lo tanto nuestro cuerpo, nuestros músculos se contraen, dejamos de respirar por unos segundos y la energía deja de fluir orgánicamente. Esta contracción muscular a la larga se convierte en un „caparazón“ que en un futuro nos protegerá de volver a sentir esas emociones peligrosas o incomodas. Es así cómo se forman nuestros patrones de comportamiento: en un primer lugar nos sirvieron para sobrevivir, pero en la adultez se convierten en patrones de defensa y limitan poder experimientar la energía vital en toda su plenitud . Desde el cuerpo y la forma cóm aprendemos a lidiar con la energía en nuestro interior, se forma el caracter de una persona.
Ningún padre, por muy devoto que sea, es capaz de responder perfectamente a todas las necesidades del bebé/niño. No hay forma de eludir estos traumas de la infancia. Todos crecimos conociendo la angustia de las necesidades insatisfechas y estas necesidades nos acompañan hasta nuestra relación...
Ningún padre, por muy devoto que sea, es capaz de responder perfectamente a todas las necesidades del bebé/niño. No hay forma de eludir estos traumas de la infancia. Todos crecimos conociendo la angustia de las necesidades insatisfechas y estas necesidades nos acompañan hasta nuestra relación...